La dermatitis atópica o atopia, es una enfermedad alérgica caracterizada por una tendencia a desarrollar anticuerpos (Ig E) frente a alérgenos del medioambiente (ácaros, polen, hongos, insectos…)
Alrededor de un 10% de los perros sufren esta patología. Además la incidencia se está incrementando debido a factores medioambientales (contaminación), más contacto con alérgenos dentro de casa (ácaros del polvo), vacunación en cachorros, selección de líneas de pura raza…
Existe una predisposición genética a desarrollar esta enfermedad, razón por la que hay individuos y razas predispuestas a padecer esta patología.
Esta predisposición a desarrollar Ig E da lugar a una enfermedad cutánea inflamatoria y que produce picor.
¿Qué la causa?
La reacción alérgica está provocada por la exposición a sustancias del entorno que normalmente son inocuas (ácaros del polvo, pólenes, etc.) y que se denominan alérgenos.
Lo que ocurre es que los perros con atopia tienen alterada la barrera cutánea, lo que permite que esos alérgenos penetren con más facilidad en el organismo del animal.
¿Cómo se manifiesta?
Los síntomas son principalmente cutáneos, y pueden manifestarse de forma permanente si el alérgeno se encuentra de forma constante en el ambiente (ácaros) o ser de aparición estacional como en el caso del polen.
El síntoma fundamental en un perro con atopia es el picor y aparecerán lesiones en la piel: enrojecimiento, pápulas/pústulas, descamación, costras, pelo menos lustroso y seco, alopecias al arrancarse el pelo, coloración oscura del pelo por lamido, y en casos crónicos, engrosamiento y oscurecimiento de la piel.
Pueden aparecer infecciones bacterianas de piel secundarias que complican aún más el picor.
Además, las otitis externas son frecuentes en estos pacientes y suelen constituir el primer motivo de visita al veterinario.
Sin embargo, a diferencia de en las personas, en los perros los síntomas respiratorios como la rinitis o el asma alérgica son infrecuentes, apareciendo fundamentalmente síntomas en piel.
¿Tiene tratamiento?
La atopia no puede curarse pero sí controlarse mediante una terapia combinada basada en:
Evitar o reducir la exposición al alérgeno (por ejemplo ventilando y aspirando el suelo de la casa a diario para eliminar ácaros).
Tratamientos tópicos mediante baños frecuentes con champús específicos (Allermyl de Virbac o Alercure de Dermocanis) que eliminan el alérgeno de la piel, restauran la barrera cutánea y alivian el picor.
Hiposensibilización del perro mediante la administración de vacunas específicas.
Fármacos que controlan el picor (córticos o ciclosporina-A).*Bajo receta veterinaria.
Suplementos con omega-3 como Oleoderm, que reducen la inflamación y el picor.
Dietas ricas en ácidos grasos esenciales (omega-6 y omega-3) que refuerzan o reparan la barrera cutánea, como el Atopic de Advance Veterinary Diets.
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Este blog es informativo. En ningún momento sirve como diagnóstico de enfermedad ni como herramienta para medicación de animales que obvien la obligada intervención de un veterinario o un farmacéutico.
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